martes, 16 de abril de 2013

Dora Maar


Una tarde de otoño de 1935, Pablo Picasso se fijó en una mujer sentada en una mesa vecina en el café Les Deux Magots. Llevaba guantes negros y con la palma de su mano izquierda asentada sobre la mesa dejaba caer un pequeño cortaplumas, tratando de clavarlo en la madera entre sus dedos, tan cerca como fuera posible de la mano pero sin llegar a cortarse la piel. A veces erraba, y a la postre los guantes empezaban a mancharse de sangre. Picasso la estuvo observando largo rato y comentó a un amigo que le acompañaba que aquella joven le parecía extraordinariamente bella. Ella pareció entenderle, levantó la cabeza y le sonrió. Poco después les presentaron. Se llamaba Dora Maar y era fotógrafa.


Henriette Théodora Markovtch, más conocida como Dora Maar, nació en Tours en diciembre de 1907. Pasó su infancia en la capital argentina, hasta 1920, cuando al fin regresó dispuesta a zambullirse de cabeza en el mundo intelectual y artístico que acontecía por aquellos años. Tras una etapa de formación en la Escuela de Fotografía de Paris, una de las más liberales de la época, y un periodo en que sirvió de modelo del célebre Man Ray, Dora terminó participando activamente en ese mundo, siendo reconocida como una talentosa fotógrafa del momento. Identificada por un físico majestuoso, mandíbula prominente, nariz recta, abundante cabellera y extravagantes tocados, parecía prometer un protagonismo considerable en esos mediados del siglo XX. Pero se convirtió en la amante de Picasso, siempre dispuesta al pintor cuando éste la requería. Pasó de ser la hermosa y excéntrica fotógrafa a la mujer que esperaba encerrada en su piso por si acaso Picasso llamaba para invitarla a salir, o como ella decía, a la “musa privada” del artista.


Pero aquella relación no parecía funcionar. Acusada de infidelidades imaginarias y ridiculizada por errores reales o no, Picasso la provocaba hasta hacerla llorar. Entonces sacaba su libreta de bosquejos y un lápiz y se ponía a dibujar. “Nunca la pude ver, nunca la pude concebir, si no era llorando”, comentó alguna vez. Esos bocetos, de los que existen decenas, terminaron convirtiéndose en pinturas.
Por esas fechas, Picasso seguía casado con Olga y mantenía ya una larga aventura con Marie-Thérèse. Casi todos los retratos que pintó de estas dos mujeres están hechos con curvas suaves y delicadas. Casi todos los de Dora Maar, en cambio, muestran un rostro devastado, herido, crispado, pintado con colores chillones y destruido por la pena. “Son todos Picasso, ninguno es Dora Maar”, comentaría ella.
Todo esto desembocó en serios problemas que Picasso trató de solucionar enviándola a la consulta del psiquiatra Jacques Lacan. Según su estudio, Dora ilustraba las teorías psicoanalíticas de la identidad desarrolladas por él mismo pocos años atrás, según las cuales explicaba que nuestra identidad proviene de imágenes nuestras reflejadas que percibimos fuera de nosotros, y mediante las cuales aprendemos a vernos. ¿Cómo se veía entonces Dora Maar al contemplarse retratada una y otra vez en los lienzos fragmentados y fortuitos de Picasso? ¿Quién era entonces ella realmente? Amante no correspondida, amante insatisfecha, quiso extender al máximo estos rasgos de identidad inacabados, los únicos aceptables para el hombre que la estaba reconstruyendo. Y como la imagen de sí misma se había hecho añicos, se sentía perdida y desamparada.

Se retiró del mundo prácticamente los últimos 40 años de su vida, convertida al catolicismo y viviendo enclaustrada en un departamento de Paris del que solo salía para ir a misa, al alba. Murió en Paris el mes de julio de 1997 a la edad de 89 años.

2 comentarios:

  1. A lo mejor os interesa esta noticia, aunque no tenéis un espacio específico para Eva Gouel: http://eldia.es/2013-04-16/VIDAYCULTURA/7-Met-Nueva-York-muestra-obras-Picasso-donadas-Lauder.htm

    ResponderEliminar
  2. ¡Interesante entrada! La información de Dora Maar concisa y muy clara, no es necesario alargarse más para entender la importancia de ésta en la vida del genial artista.

    Os dejo esta noticia que he encontrado titulada "El viaje que cambió la vida de Dora Maar ", a lo mejor os da alguna idea:

    http://www.yancuic.com/yancuic/noticia/21613

    Un saludo

    Raquel Rubio

    ResponderEliminar