«Te
veo frente a mí adorable paisaje MT
y
nunca me canso de mirarte
tumbada
de espaldas en la arena
mi
querida MT, te amo
MT
mi devorador sol naciente
tú
estás siempre en mí, MT madre de acres y chispeantes perfumes de jazmín
te
amo más que al sabor de tu boca
más
que a tu mirada, más que a tu mano
más
que a tu entero cuerpo, más y más
y
más y más de lo que todo mi amor por ti va a ser capaz de amar nunca
y
esto lo firma Picasso»
Poema dirigido a Marie-Thérèse el 28 de
julio de 1936.
En
enero de 1927, Picasso quedó cautivado por la belleza de una joven sueca llamada
Marie-Thérèse Walter. En aquel momento, el pintor continuaba casado con la
bailarina rusa Olga Khokhlova, sin embargo, ello no interfirió en el comienzo
de una de las relaciones amorosas más intensas vividas por el arte.
En
sus inicios, la relación se mantuvo en secreto, y su nueva musa se manifiesta
vagamente en diversos dibujos y esculturas de fuertes alusiones eróticas. No
obstante, en 1932, ese intenso amor furtivo salió a la luz, en una amplia
retrospectiva del artista en la galería parisina Georges Petit. Aparecen imágenes
serenas y armoniosas de una joven de cabellos rubios, cuerpo voluptuoso y dúctil,
representada de diversas formas. La personalidad alegre de Marie-Thérèse, su físico
y frescura de juventud, estarán siempre presentes en sus retratos.
Marie-Thérèse, 1935, Gagosian Gallery. |
Una de las obras más representativas
de la influencia de la joven en el artista, es ''La mujer sentada’’. La
simplicidad de formas, la elección de colores ‘’matissianos’’, la elegancia en
la postura y la delicadeza del rostro, reflejan a la perfección la potente y
obsesiva atracción que el pintor sentía por su musa. Picasso llegaba a diluirse
en Marie-Thérèse, el rojo intenso que emana de su vientre y torso, reflejan claramente
las fantasías sexuales que la joven desataba en el maestro.
La mujer sentada, 1932, Colección privada. |
En la década de los 30,
Ambroise Vollard y Picasso colaboran en una importante serie de grabados.
Sumergido en un vocabulario volumétrico, es en esta serie donde se percibe la enorme
influencia que fue Marie para el pintor. La presencia constante de la figura
del Minotauro nos hace pensar en su relación con la joven, entendiendo la
figura del mito como expresión simbólica de su alter ego. La representación del
Minotauro siempre aparece con carácter violento y feroz, mientras que la joven
que aparece a su lado es representada con dulzura y delicadeza.
Serie La
Minotauromaquia, 1936.
Fue tal la importancia de
Marie en Picasso que incluso François Gilot, compañera del pintor durante diez
años a partir de 1942, afirma tras descubrir las fotografías que este guardaba
de la joven:
‘’ Consideré fascinante contemplar de
cerca a Marie-Thérèse, dándome cuenta al instante de que ella era la mujer que
había inspirado a Pablo plásticamente mejor que ninguna otra. Poseía un
impresionante rostro de perfil griego. Todas las series de retratos que pinto
Pablo entre 1927 y 1935 son exactas replicas de Marie-Thérèse. ‘’
A
pesar de las constantes transformaciones anatómicas, Picasso jamás se alejaba
completamente de las características particulares de su musa. La robusta
plenitud de sus formas, los ojos almendrados, la nariz marcada y unos pechos
redondeados, estarán presentes en su pintura incluso después de abandonarla.
Marie-Thérèse
se convirtió en la mujer que más influyó en la obra del pintor. Fue su musa e inspiración
durante años, y muy posiblemente la época que vivió con ella fue uno de los
periodos artísticos más sobresalientes del artista.
Maria Soto Ramos
Maria Soto Ramos
Hasta que se cansó de ella y la sustituyó por Dora Maar.
ResponderEliminarEn el estudio de "les Grands Augustins" coincidieron Mª teresa y Dora mientras pintaba el mural, para la Exposición Internacional de París; hubo una escena de celos durante la que le pidieron a Picasso que se decidiese por una y el grán hombre les contestó que deberían disputárselo, a él, entre ellas.
A lo mejor es, entonces, cuando decide pintarle a Dora Maar la lágrima que se aprecia en las fotos 4, 5 y 6 de la serie que realizó al lienzo y que Picasso decidió borrar definitivamente, más tarde.